El más terrorifico de los susurros.




viernes, 3 de agosto de 2012

Un día en la vida de un cualquiera

Hay pájaros que nunca dejarán de piar, al igual que hay búsquedas de paraísos que nunca van a tener un final.
Las tardes de verano se agobiaban pensando en aquellas buenas chicas, ¿qué sería ahora de todas ellas?¿Dónde iban a ir ahora a teñir sus cuerpos con colores quemados? Y es que en ese momento, justo a la vez que ese pensamiento empezaba a rondar por mi cabeza, otras empezaban a rondar por el cielo, y parecían haber decidido que, de ahora en adelante, todo aquel que no abogase por un verano de paraguas compartido y botellón en soportal con sudadera, se quedaría... pues se quedaría así, de esa forma...


Pobres chicas, y pobre todo aquel que quedase de aquella forma, pero peor soy yo.


[....]

Yo tengo miedo, mucho miedo. Vivo acojonado, no puedo abrir los ojos y mirar al mundo sin pensar: "Que puto miedo tengo", y es que tengo un miedo agotador. Tengo miedo a demasiadas cosas, como acabar transformado en algún extraño tipo de persona, o perder la cabeza... pero a lo que más miedo le tengo, es a las palabras. Ellas si que sabe desgarrar, desangrar, atropellar, cabrear, joder, enñoñar, aburrir, abducir y desquebrajar a las personas. Tienen un poder abrumador. 



Hay palabras que deberían estar prohibidas, que no debería poder escribirse en público, ni tampoco ser dichas. Palabras como esa que quiere decir...


1 comentario:

  1. Adiós pero sin ninguna explicación y es eso lo que me quita el sueño, las palabras que no se dicen a las que a veces más miedo tengo.

    ResponderEliminar