El más terrorifico de los susurros.




domingo, 26 de agosto de 2012

Amarilla

Vuelvo a tener esos ojos, ojos de gato, noches en vela. Regreso a viejos vicios, viejas costumbres, y a caminar por la calle por la mañana, solo, siendo visto única y exclusivamente por las viejas que se asoman a regar la plantas que descansan tranquilas en los alfeizares de sus ventanas. Todo ello en la madrugada, justo después de la caída de estrellas.

Y vuelvo a tener esos ojos, y sigo intentando entender, pero todo se escapa de los limites de.. de todo, es demasiado abstracto, así que perdámonos.

Volvamos a nuestra primera vez, al primer voleteo, antes de los baños de multitudes, de las idas y venidas, de las presentaciones, de los gritos y los saltos, de las fotos, de las páginas de diarios. Volvamos a nuestra primera vez, cuando aún nos envolvía la histeria adolescente, no como ahora, que estamos agarrotados a un paso de la vida adulta. Todo esto, a mí por lo menos, me ha pillado de improvisto, creo que de haberlo sabido todo habría sido distinto... bueno no, no lo creo, nada sería diferente, sería igual de idiota antes, ahora y más tarde. 



Ahora mismo tengo la sensación de estar haciendo lo incorrecto, y aún así no puedo parar de hacerlo, tú, no sé, hace mucho que no hablamos. No sé que haces.

Yo ahora vuelvo, pero no sé exactamente que se supone que es lo que estoy haciendo, porque yo nunca había estado hasta el momento en este lugar al que estoy regresando, pero tenía que contartelo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario