El más terrorifico de los susurros.




miércoles, 24 de noviembre de 2010

24 de Noviembre de 2010

Desahogarse,y es que con miradas, con mínimos detalles, suplimos las palabras. Solamente los que saben hablar con miradas, ¡aquellos que lo intentan siempre, los que no se dan por vencidos!

Ellos son los que saben, los que aprovechan al máximo. Dar gracias por que haya gente así, no creo que este tan mal.
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martes, 23 de noviembre de 2010

Por favor

Por favor, grítame fuerte al oído, más fuerte. Más fuerte aún, y más aún.

Estoy rodeado de algo que se escapa de mi razón, de voces, de las cosas que pasan, de días y segundos, de ciudades y puentes. No soy consciente de mi suerte, cada día consigo despertarme y, sin embargo, siempre pienso en 4 formas de morir. ¿Estoy loco?

Probablemente sí, y lo agradecería, porque si no, no sería capaz a entender mi forma de actuar. No ansío poder explicarlo todo, solo pienso, pienso, pienso. Pienso y me doy cuenta de que soy vulgar, uno más. Y yo quiero ser especial.

Tengo una semana… He tenido semanas mucho mejores, y sin embargo, aprendo. He descubierto que lo que me falta es valor, lo que necesito es dependencia y lo que busco es conseguir cambiar.

Soy un loco soñador, y no me quiero ver viejo, quiero ser siempre joven. Tener siempre la fuerza y valor necesarios. Por favor, te lo pido por favor, grítame y despiértame, ayúdame, sé tú quién me lo niegue todo, quién me destroce mis 27.000 esquemas.

De piedra

- Tengo la certeza de... en realidad, no tengo la certeza de que el minuto que viene vuelva respirar, ni de poder volver a ver el color azul. No sé si me voy a despetar mañana, ni tan siquiera sé quién soy yo.

- No sé que quieres...

- ¿Lo ves? Los minutos siguen pasando y sin embargo, yo sigo sin respirar. No sé el por qué, !deja de preguntarmelo! Estoy cansado, agobiado. Siento la corbata afixiandome, los ojos me duelen...

- ¿Qué quieres que haga? De verdad, dímelo, por qué me estoy perdiendo..

- Valor, eso es lo que quedará, el valor con el que haga las cosas. Hechos, palabras y en todos y cada uno de ellos el valor que tenga para afrontarlos...

- Siempre has sido bastante raro, y a mi nunca me ha importado, pero ahora mismo no sé que te pasa.

- ¿A mí? Ni idea, solo tengo la certeza de que nunca cumpliré los cincuenta, de que la muerte me persigue a una velocidad endiablada, pero a ti, si sé lo que te pasa, te falta valor.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Carnaval veneciano

Somos un tango de uno. Somos únicos… otros lo llaman raros.

Somos los pies que se tropiezan, estamos hechos para ir juntos, pero a pesar de ello, tropezamos, dos , tres, ocho veces. Somos raros. Somos únicos.

Somos las primeras manos en buscar una luna de humo que nos prometemos con miradas, que deseamos, somos los primeros en chocar, los primeros en reír…
Somos pasado, presente y futuro, somos un chicle pegado en una barra, un disco de música danesa, una cena cutre en un Mac Donal’s, una bolsa de gominolas caducadas y una tarde tirados en un banco de cualquier plaza. Somos todo, somos raros.
Somos niños de unicornios azules, somos indignantes a los ojos de la razón, y somos orgullosos. También miedosos, y por supuesto ciegos, y cabe por qué no, que somos raros.
Somos raros, únicos, todo, ciegos… es cierto. Si ese es mi fallo apelaré en mi defensa ganas de vivir como colilla que quema los segundos de mi rostro, que los convierte en tiempo, y los tira por la ventana para ver si tienen alas, pero lo más que ve, es como se estrellan contra el suelo. “ Soy un loco, por favor, tenga en cuenta mi situación” gritaré al juez sabiendo que los artistas siempre mienten para decir la verdad.

Somos un carnaval veneciano, máscaras detrás de miradas, cambios de parejas, pero es que seguimos mirando la misma máscara… ¿será que somos raros?

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Despertador


Suena tu macabra risa a modo de despertador. Debe ser un delirio porque verdaderamente hoy puedo saltar a la comba con los ojos cerrados, balancearme al ritmo de la melodía de tus miradas e irrumpir en tus clases de moral para criticar tu forma de ver la vida.


Verdaderamente es un delirio de grandeza, de que si te quiero, de que si te odio, de que es que la vida es muy difícil para alguien con dieciséis.


Balanceo a la derecha, balanceo a la izquierda…


Qué raro encontrar el placer en algo tan simple como el balanceo que produce la melodía… Tan banal y simple como caminar bajo la lluvia o una taza de café caliente mientras miras por la ventana. Casi igual a la sensación de bailar al filo de un precipicio. Un éxtasis de pensamientos sobre el color de tus ojos, y como objetivo final aprovechar al máximo cada subida de felicidad.


El caos y la incoherencia, por si no lo he comentado, eso es lo que provoca en mí tu risa al despertar. Me descoloca y me pierde, hace que cada palabra que diga parezca desligada de la anterior, como si cada una de las palabras quisiese ser la única que tú leas al ver esto, como si cada una quisiese ser tu más preciado tesoro y pasar a formar parte de tu libreta, de tu diario, de tu boca… Pero no me importa nada de esto, porque, ¿qué más puedo pedir que cada mañana al llegar a esa clase pueda ver tus ojos?