El más terrorifico de los susurros.




miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cuantos y Tantos

Cuanto bohemio ilustrado posee un mundo donde la incomprensión y la infelicidad son banderas de alto standing, las joyas de la corona. Tantos que son desatendidos tras un telón, trás una hoja de papel, tras las csturas de un chanel... Desplazados a segundo lugar, pobres incomprendidos que navegan por mar de dudas, sin velas de autoconfianza. Suena mal, nadie lo quiere escuchar, pero la mejor forma de no caer a ese maldito mar de olvido, únicamente existe un remedio, ser ambicioso. Ya sé que nadie es ambicioso, pero en el día a día todo cambia.

Cuanto líder carismático se encuentra en un mundo donde la iniciativa es anulada para los que la tienen y desconocida para los sin interés. Tantos que sufren con las injusticias ajenas, que se sienten compungidos y llenos de dolor ante las desgracias del que está en frente suyo. ¿La medicina? No existe, únicamente son ellos los que separan, los de los grupitos, los que generan el racismo de los ojos que solo ven, los que no miran.

Cuanto trabajador sufrido, que se parte en mil trozos por intentar salvar su vida, su familia, que lo apuesta todo y lo da todo por una causa. Tantos que se desquician por su excesiva empatía, que nunca debería ser excesiva, pero que sí lo es, esa que les hace estar siempre incompletos, siempre quieren más siempre necesitan más.

Tantos y cuantos, cuanto y tanto, tantos... Somos muchos, y sin embafgo cada uno tiene su guerra partcular, pierdo los nervios intentando generalizar a todos los seres humanos, y soy incapaz de hacerlo, mi moral, mis principios, mi credo personal, llámalo como quieras, me impide pensar de forma clara.

No hay nada igual, igual a la nada, puede que tengamos lo mismo, pero nunca el mismo orden, el mismo cristal, la misma cantidad de luz en la habitación...


Cuanta contradicción, cuanta mentira, cuanta confusión.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Divas de susurros.

Te lo susurro bajito al oído, para que me prestes atención, para que fijes tu mirada en un punto cualquiera, te dejes caer en la silla...

Te quites tu collar de reina, tus pendientes de diamantes, que te quites con delicadeza el vestido, pero no, no te quites los tacones. Te quiero ver ahí sentada, maquillada, te susurraré. Te cantaré lo que me salga, dedicare, 38 años a contarte mis verdades y mentiras, el por qué sí, y el por qué no...

Me colaré escurridizo entre tus labios, como el humo del cigarro que, envidiado sea por todos los hombres del mundo, se coloca entre tus dedos, y te permite saborear el lujo de los vicios y el placer de vivir... Me deslizaré por tu garganta, ansioso de encontrar el origen de la voz que me calma, la que me produce mis ataques de ira, mis delirios, mi santa locura... Al final, al final de buscar, de buscar y rebuscar por tu cuerpo, sabré lo que ya sabía, que no perteneces a nadie, que como el humo, saldré y seguiré bañado en la multitud, pero, no sabes que alivio sera para mí saber que he sido humo de tus labios, que me he reflejado en tus diamantes, que he podido buscar en tí, lo que llamaban felicidad. He sido colilla de tus susurros, y sinceramente te pronunciaré al oído, gracias por dejarme vivir la intensidad, el frenesí de la búsqueda.

Lo he tenido todo, no he tenido nada, se que soy colilla, y como colilla, el humo acaba desapareciendo, esfumándose, me quedaré en un cenicero cutre dónde otros muchos han estado y estarán, pero yo, tendre la marca, la marca de el color carmín de esos a los que llamaban arte, belleza, de tus labios. Un filtro de color blanco que cambió su camino, su forma de pensar, que encontró la forma de actuar gracias a esos dos.

Te lo susurro, te lo tararero, si fuese necesario te lo gritaría, pero se que si algo te puedo dar yo, son otros, son los susurros que escupo sin pensar, creyendo así que conseguire quedarme otra noche más aquí, junto a tí, en esta silla, al lado de la ventana.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Los días de perro han pasado

Los caballos están viniendo, así que mejor corre.

Corre lejos de tu madre,
corre lejos de tu padre,
corre lejos de tus hijos,
de tus hermanas y tus hermanos.

Deja todo tu amor y tus amores atrás
no los puedes llevar contigo si quieres sobrevivir.

Los días de perro han pasado.
¿No puedes escuchar los caballos?



16 años

¿Sabes cómo es la sensación de saltar sin cuerda?¿Cómo es atravesar un cañón con los ojos cerrados?¿Cuál es la sensación?...

Esa, es la sensación límite, la extrema, la de no poder más. Es el estar complaciendo continuamente a alguien sin llegar a satisfacerle nunca sus expectativas. Es dar, dar, dar y dar, para no recibir, perder la vida en un intento fallido, intentando cumplir unos objetivos de un manual escrito en otro idioma.

¿La gente no entiende que es MI VIDA, y que YO tengo que ser el que fracase y el que triunfe?¿Es mucho pedir coger el timón del barco?

Todos somos portadores de esta sensación límite en algun segundo, minuto o momento de nuestras vidas, pero nos olvidamos de ello, porque tras él, siempre viene un subidón de adrenalina que nos hace únicamente recordar los últimos 30 segundos.

Dejarme mi camino a mí, dejarme mis sensaciones, si quereis abandonarme, y sino , ayudarme en el camino.

Hoy se ha roto la cadena, y es muy difícil que recupere el sentido común, así que dejarme leer una naranja, comprar un  paraguas de estrellas para viajar al planeta de las mariposas y descubrir duendes de tinta y monos submarinos.

Dejarme delirar...Soñar que voy a poder vivir para siempre, que mi nombre acabará en miles de libros o que, simplemente, consiga hacer reir a 4 mil millones de niños.

¿Me ves cara de pensar en las salidas? Pues dame la llave del candado y dejame VIVIR INTENSAMENTE. Quiero volar, quiero soñar, quiero creer que puedo ser artista.