El más terrorifico de los susurros.




viernes, 23 de marzo de 2012

pequeño rayo de sol que entra por el retrovisor

Todo lo bueno que puede pasar sucede justo después de la publicidad, de la pausa que crean dos corazones expectantes de aire fresco, olores de azahar, de montañas y de cigarros de madruga en terrazas de nunca jamas.


La línea entre lo erótico y lo pornográfico no se distingue con los diecisiete, ni tampoco la de que es bueno y que es malo, la de que se debe hacer y que no, y tampoco se sabe cuando es amor y cuando es solo un calenton. La linea entre cerca y lejos se rompe con facilidad, no siempre se rompe, pero cuando lo hace parece fácil.



Hoy es uno de esos días. Nadie sabe dónde esta arriba y dónde está abajo, qué es norte y qué es sur, qué debe ser y qué no debe ser, solo se sabe que esto es una autopista directa hacia la perdición. ¿Quizás amor? Quién sabe, probaremos a fumarnos el de la suerte, el último trago, y haber si así está vez toca.



domingo, 18 de marzo de 2012

someone like you

Un pájaro y un pez pueden enamorarse pero dime, ¿dónde construirán su nido?
[Pasaron 8 meses y 3 días...]

Llueve, está lloviendo, y llueve por no variar, aunque haya pasado el tiempo, aunque las hojas del calendario hayan caído y todo ese tipo de cosas, aquí llueve y llueve y llueve. Pero no lleve sobre mojado, ni el agua se lleva todas las cosas que han pasado, solo aumenta el cauce del río, ahora tiene mucho más que llevar, muchas más agua y gotas y un "clin...clan" que resuena de la gotera de la cocina, haciéndose eco de tantas noches de soledad y que intenta salpicar tantos recuerdos, tantas notas a medio sonar, tantos caminos imaginarios que nunca han sido recorridos...

Recuerdo tu nombre, porque tu nombre es un tatuaje impreso en mi retina con caricias de días que nunca han pasado, caricias que recogen toda la sal del mar con promesas, como aquella de: "el día que te pases por aquí, te enseño dónde acaba el mar".

(...)

Todo esto que no sé exactamente que es, pero se remite a sensaciones de cartas sin destinatario, cartas que se escriben con las manos y el corazón y se verbalizan con la cabeza... unos papeles que nos obligan a respirar con mis miradas y a besar con tus palabras. 

(...)

Me balanceo y me despeino. Te tarareo y deambulo, son cientos de días. Y aunque intento olvidar este puto mundo y sus distancias, disimulo y recuerdo el pacto con tu boca de aquel lenguaje secreto entre tu sonrisa y mis pecas de mil dos telenovelas. Y sinceramente digo lo que pienso, y pienso en lo que siento que no son palabras de la RAE, es tu nombre y son momentos, es tu cuerpo y mi cuerpo y tú hablando bajito a mi oído, susurrándole a los segundos un tiempo muerto para ese instante de humo y objetos voladores no identificados [quizás sean nuestras aspiraciones...].

(...)

Se supone que todo esto son recuerdos, recuerdos de un sueño de verano que se acabo, porque yo me levanté en septiembre de todo aquello, o eso creía, porque no eran sueños, y ya no sé si esto pasó mañana o pasará ayer, lo único que ahora sé, es que me vuelvo loco pensando en que dirás, así que supongo que tú seras esa genialidad que tanto ensalzan los ángulos muertos de las esquinas de este baño.

Don't forget me, I beg


martes, 6 de marzo de 2012

El sitio "G"

Perderse es un hecho inmutable cuando viajas. Desorientarse entre callejones y plazas, todo ello para encontrar un sitio tuyo. Un rincón para ti, especial, único, hecho a medida para unos ojos exquisitos con destellos de dramatismo y prepotencia, que van siempre por ahí exigiendo un mínimo de indecencia y lucidez. Un rincón rebosante de historia o historias, no tuyas, quizás robadas o incluso aún por inventar, pero al fin y al cabo historias, que estoy seguro que será con lo que se podrán comprar las cosas en el mercado negro dentro de cincuenta años. Un recoveco en el que cada gota de lluvia da un alarido que te recorre toda la espalda y te pone los pelos de punta y te provoca un placer que normalmente es exclusivo de muelles y sábanas.


Ahora probablemente, después de contarte el gran secreto del viajante y blablabla palabra blabla, el hecho de pensar que esos rincones son tu futuro plan de pensiones y tu endorfina entre cimientos para suplir a la felicidad que es tan introvertida y asocial, te pondrás a buscar de esos sitios en cada nueva ciudad que pises. Es la mejor opción. Los rincones no te encuentran normalmente sino que, nosotros somos los que tropezamos con ellos (en ocasiones mas de dos o tres veces) y nos damos cuenta de que en ese lugar... pues que ese lugar, tiene que ser ese lugar, que no hay mas.


Vuelves a ese sitio por la noche, sin ser consciente de ello, y salta la chispa. Empieza algo, o acaba de terminar, no se sabe exactamente muy bien cual de las dos cosas tiene lugar, pero pasa. Te arden las manos, el silencio se proclama héroe nacional del instante y nadie entiende nada, pero tú ya tienes justo entonces en tu poder el placer de almohada y camisa, de luna y descaro, de grapadoras y muros.



P.D.: En el 59,45 % de los casos, el sitio en concreto suele estar marcado y ser bastante evidente. No por ser común deja de tener encanto; son los ojos que lo miran.