El más terrorifico de los susurros.




viernes, 25 de marzo de 2011

Cicatrices en la lengua



Que los quebraderos de cabeza, son algo que forma parte de lo que aceptas cuando miras sus fotos, y puede que también, una clausula de contrato, para que el momento de estar frente a frente, no sea una vaga ilusión, sino un ferviente deseo. Porque con los tiempos que corren, cualquier pequeño sueño puede llegar a convertirse en algo por lo que vivir, un simple roce puede significar hacerse mayor y las cajas son refugios ante el riesgo de catástrofe por causa del pánico escénico de saber que mañana, y también pasado, no van a volver.

Que las cicatrices en la lengua de tanto morderla para evitar decir la verdad son cada vez más frecuentes, y no solo eso, sino que parece que va a empezar a llover y en medio del mes de marzo, todavía no sé qué es lo que quiero. Porque cada vez que leo un titular en lo que llaman tu piel, me doy cuenta de cuantos han muerto desangrados por agotamiento, por pura dedicación, y también por no encontrar saliva para dejar que las ideas, los pensamientos, se transformasen en palabras.

Que las noches sin dormir, mirando la luna, y todos esos puntitos en el cielo vienen derivados de creer que en la vida a toda persona le llega un momento en el que ha de decidir si escoge el momento épico o se decanta por un baile con la felicidad en un compás de tres pulsos donde están el tuyo, el suyo, y el de la persona sentada en la butaca 11 de la fila 14. Porque cada segundo se invierte en un anhelo, un deseo, y no por ello se va a cumplir, pero se invierte, y ahí queda, como la huella de aquel primer astronauta, como una huella. Una marca predispuesta a marcar una época y una tendencia, un ejemplo y, porque no, llegar a ser el objetivo de sueños ajenos.

1 comentario:

  1. Es preciosa esta entrada, joder... casi se me saltan las lágrimas en el primer párrafo ;)
    por cierto: sonríe, nunca sabes quién puede enamorarse de tu sonrisa :)

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