Supongo que no todo el mundo tiene las mismas oportunidades. Alguien siempre parte con más ventajas que los demás. Lo que para algunos no es más que un juego, para otros, es un verdadero reto, un sueño por cumplir, o simplemente las ganas de superarse día a día. Estaría bien que las cosas pudiesen arreglarse con una conversación absurda sobre cosas que probablemente nunca sucederán. Pero no es el caso, y aunque suene a carta de despedida, no es un adiós, sino más bien un hasta que tenga las fuerzas de mirar a los ojos directamente, porque el reloj sigue haciendo tic tac y llegara el momento de replantearse todo y apostarlo todo a una carta.

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