El más terrorifico de los susurros.




lunes, 22 de abril de 2013

¿así?

Dios, como queman las heridas de las madrugadas de los domingos. ¡Basura! Eso es lo que me queda ahora, un montón de mierda, cientos de verdades que quizás yo no haya dicho por solo saber mentir. Genial. Me empieza a dar asco todo esto de la autodestrucción, y de tú por un lado y yo por el otro.¿Egoísta? 

Sí.

¿Pero de veras esto es necesario? No lo entiendo, de verdad, no lo puedo llegar a entender. Y es que, dios, como queman las heridas de las madrugadas de los domingos. Me dejas naufragando en esta nada inmensa, con el alma desnuda, y toda la basura de los rincones más oscuros colocando mi cuerpo. Si consiguiese serenarme, tal vez todo sería más fácil, carreteras de un solo sentido, rectas, bien delineadas, sin pendiente, si nada.

¡DIOS JODER! Como, quema estar así, y como duelen las heridas que se abren las madrugadas de los domingos, como joden; como retuercen los corazones; como revientan los puntos de las cicatrices...

Yo ya he dicho: "lo siento", y eso es mucho y todo, no me queda nada mas. Y después de dejarme diseccionar, me quedo en t... Me quedo en nada.  Me quedo como estaba, disolviéndome en aire cotidiano, víctima de mis crímenes perfectos, contaminado.

Empiezo a pensar que quizás la culpa no sea mía, que debería revolcarme en esas bolsas mías que siempre acaban aireando una vez al año. No sé que cojones está pasando, pero yo no pertenezco a aquí.



No hay comentarios:

Publicar un comentario