El más terrorifico de los susurros.




domingo, 11 de noviembre de 2012

Un león en una palmera en la calle en cuesta

Estás loca, loca, loca perdida. Loca en las mañanas, loca en las tardes, más loca por las noches y levemente loca en los amaneceres. Te vuelves loca cuando te dicen que no, y cuando llueve, y no tienes paraguas, entonces loca, y después loca, y si es todo a la vez, desapareces.



Yo no te hablo, porque igual entonces enloqueces, ¿y así qué hacemos contigo?¿Dejarte coronar en soledad el mundo?¿Revelarte que lo que se supone que es arte lo es porque nadie sabe qué es?¿Descuartizar las palabras para poder explicar toda esta situación? ... Sí, probablemente fuese lo mejor, pero, ¿de qué sirve entenderlo si no me lo vas a poder contar, si no te voy a poder leer?

Por eso yo no te hablo, entiéndelo, entiéndeme; me bastas así de loca, lo suficiente para poder...  [.. tener silencios y puntos suspensivos con que mirarte.]

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