Todo lo bueno que puede pasar sucede justo después de la publicidad, de la pausa que crean dos corazones expectantes de aire fresco, olores de azahar, de montañas y de cigarros de madruga en terrazas de nunca jamas.
La línea entre lo erótico y lo pornográfico no se distingue con los diecisiete, ni tampoco la de que es bueno y que es malo, la de que se debe hacer y que no, y tampoco se sabe cuando es amor y cuando es solo un calenton. La linea entre cerca y lejos se rompe con facilidad, no siempre se rompe, pero cuando lo hace parece fácil.
Hoy es uno de esos días. Nadie sabe dónde esta arriba y dónde está abajo, qué es norte y qué es sur, qué debe ser y qué no debe ser, solo se sabe que esto es una autopista directa hacia la perdición. ¿Quizás amor? Quién sabe, probaremos a fumarnos el de la suerte, el último trago, y haber si así está vez toca.
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