El más terrorifico de los susurros.




miércoles, 28 de septiembre de 2011

Esnifar tu purpurina

Improvisar. No saber que hacer. No saber como vivir, simplemente, acompañado de la certeza de que no todo deriva de la constante imperfección de pensar, no todo consiste en encontrar la perfección a través de incoherencias o cosas que estén de más ni tampoco en la nada. 


Siempre he creído que, la purpurina, es lo único capaz en este mundo de parar el tiempo, de desentrañar los misterios que tienen esos momentos en los que se puede escuchar la lluvia caer o donde escuchas la música de los cascos en estéreo mientras llueve. Siempre purpurina y agua, como recortes de libretas de cuando se es niño y lágrimas, como ser y estar, pero no parecer y siempre llegando a caer. Un continuo repiqueteo de tambores que, sin querer, recuerda la distancia al igual que una lluvia que, inconscientemente, llena todo de purpurina.


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