El más terrorifico de los susurros.




miércoles, 24 de julio de 2013

lisbon

Adoro moldear el devenir con la materia del sueño, esos momentos en los que tu cuerpo se hace pesado, donde la gravedad que se ejerce sobre él se cuadriplica, cuando la mandíbula te pesa, no puedes cerrar la boca y comienzas a babear sin querer... cuando con los ojos calientes no queda otra más que dejar deslizarse a los párpados sobre el cristalino. Dejarse abandonado al runrun de la espuma del mar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario