El más terrorifico de los susurros.




lunes, 29 de julio de 2013

(bis)

Sigo tirado en el mismo suelo de siempre, moribundo.

Gritándole al cielo. Pidiendo, por favor, unas migajas.

Sigo igual, hundiéndome en el mismo sitio, bajo la misma luz.

Hoy todo duele, incluidos golpes de suerte.

Sigo sobreviviendo a base de un segundo que se obstina en excederse del tiempo de duración preestablecido.

Y respirando de la misma forma, o robando el aire a los demás como tiempo atrás, o adelante, no me acuerdo, no se si alguna vez lo he recordado. Crujiendo.

Sigo sin sentido.
Sigo olvidado.
Sigo loco.
Sigo oscuro.

Sigo buscando, sin encontrar la manera de buscarme, me distraigo demorándome en los segundos, segundos, segundos... Segundos que ya he vaciado antes, que he descomprimido y estirado, retorcido, desconjugado y estropeado. Estoy seco, vacío y, no me importa.

Sigo aquí. Espero, y de vez en cuando grito, y de cuanto en cuanto agonizo. Quiero dejarlo, parar, una tregua.



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