El más terrorifico de los susurros.




viernes, 28 de septiembre de 2012

Muy señor mío

Si me vieses ahora, no serías capaz de reconocerme, he cambiado los gestos, he americanizado el estar en un lugar, he cambiado la pipa de tu paz por parches para que la locura no entre en ese maltrecho señor lleno de estrías, ese al que mamá siempre llamaba corazón. Ahora alterno los momentos de soñar, con los momentos de morir, para subir y bajar de ellos es tan sencillo como un leve toque de dedos en mi cuello. Tampoco discuto con quien me lleva la contraria, lo he cambiado por un asentir y sonreír, y ya mas tarde se lo reprocho a Espejo, le insulto y escupo a la vez, de vez en cuando le doy una palmadita en el hombro tras el monólogo, otras simplemente le lanzo el cepillo de dientes, y la pasta dentífrica, y el peine, y se rompe, se hace trocitos. ¿A quién se le ocurre ponerme semejante cara? Por eso siempre y solo discuto con Espejo, no me gusta su conducta, ni su complacencia ni su jersey.



Me juego la paga de un mes a que si me vieras, no podrías decir: "Eh, eres tú, cuánto tiempo.", porque no me reconocerías, he cambiado de colonia.

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