El más terrorifico de los susurros.




viernes, 15 de abril de 2011

Magia potagia

La vida está plagada de momentos inolvidables, de instantes superficiales para gente que no entiende nuestra forma de ser, absurdos para los que nos rodean, pero sin embargo llenos de esa tan codiciada magia potagia de la que poco a poco, con cada nuevo beso, cada nuevo paso, cada nuevo grito, cada nuevo cristal roto, cada nuevo pum pum de un corazón nos vamos olvidando. La olvidamos sin querer, sin pensarlo, pero lo hacemos y poco a poco perdemos esa purpurina que no podía faltar en cada manualidad, esa plastilina que bien podía ser el mejor regalo, e incluso tardes enteras corriendo y jugando a creerse rey de otro mundo más mejor.

Ayer me di cuenta de que estaba olvidando, de que aunque fuese bueno, estaba olvidando, y perdiendo mi magia potagia. Me pare a pensar, y no podía recordar bien ese instante, ese primer momento, el primer aleteo, el momento en el que aprendí a atarme los playeros. Ese momento decisivo en la vida de todo hombre y mujer, en la que uno se empieza a independizar y dar rienda suelta a su personalidad, describe la forma de lo que podría ser su vida, y más o menos, puede que no en ese momento, pero si instantes después , decide que camino coger. Pues bien. Estuve horas pensando, dándole vueltas, llevándolo a la derecha y arriba, bajándolo, volviendo a la derecha, buscando ese momento entre millones de papeles con instantes superfluos sobre la vida como la conocía… Y volvió ese anochecer de un noviembre del noventa y mucho.

Sin más estaba allí, ese resquicio de felicidad, yo sentado en un pequeño sofá de dos plazas, con una funda de estampado de flores, torciendo la lengua, mordiéndome el labio, levantando la ceja, con un lado del cordón en cada en cada mano, con la mirada de mi padre y la voz de aquella chica, Vicky creo que se llamaba, diciendo:”así… y ahora, muy bien, y… no, no, por el círculo, no hombre, por dios, por el otro… ahí ahí ahí… perfecto.” Justo después de esa palabra, fue cuando empecé a reír, y puede que esa fuera la carcajada más exacta de este mundo, cada movimiento de un músculo de la cara se veía acompañado de un chute de euforia.

1 comentario:

  1. Estoy...impresionada se podría decir.Ayer encontré tu blog aún no recuerdo dónde ni cómo, leí las tres primeras entradas que escribiste y me sentí en la obligación de pasárselo al menos a una persona. Hoy según abrí el ordenador lo primero que hice fue abrir tu blog, empecé la primera entrada de noviembre y he leido todas, me has hecho recordar sonreír pensar y llorar por dentro. Es el primer blog que me enganchas así creo que me a cambiado la vida...pero no se lo voy a enseñar a nadie, creo que este blog es algo que descubrir tu mismo, algo que al encontrarlo si lo comienzas a leer seguro que te gusta. Sigue escribiendo, es más un favor que un consejo.

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